lunes, 27 de febrero de 2012

El sofá: la retorica de Nansés.

   Sabiendo lo importante del discurso como estratega de seducción, la figura de Nansés como aquel seductor astuto, me ha llamado la atención.

  Nansés, al manejo de Crebillon, ha construido un discurso y un ambiente lleno de circunloquios, eufemismos, metáforas  y palabras con doble sentido,  que han engañado a la libertina y divertida Zulica. Lo sorprendente es que una acción tan deshonesta  y a veces transgredido por parte de Nansés, envuelven a Zulica con suavidad en sabanas de palabras que le dan la comodidad de liberarse -otra vez- frente a un desconocido.

  Deduzco que por debajo de ese mantel de críticas a la hipocresía de los parisinos más influyentes de la época, se encuentra ese morbo de escribir lo prohibido, de poder tener la libertad de narrar escenas maquilladas de aquellos actos pasionales

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