lunes, 13 de febrero de 2012

En Buenas y malas palabras Angel Rosenblath narra la conocida historieta del diplomático y la dama "¿Qué diferencia hay entre un diplomático y una dama?. que el diplomático dice cuando quiere decir tal vez, cuando dice tal vez quiere decir no; y cuando dice no deja de ser diplomático. Y la dama cuando dice no, quiere decir tal vez; cuando dice tal vez quiere decir ; y cuando dice deja de ser dama." De lo anterior puede desprenderse que la diplomacia es una profesión profundamente femenina, el sutil juego de política/máscara es una de las principales herramientas de las que dispone un diplomático, quizás sea por eso que Casanova fuera tan destacado en la política veneciana donde nada parece lo que es. Sin embargo, detrás de la palabra falsa se esconde una especie de verdad, la labor del verdadero diplomático es descubrir las sutilezas que las separan.
En cualquiera de los casos la política es un juego de seducción y de estrategia nadie muestra sus verdaderas intenciones, como una mujer que aparenta recatamiento, el diplomático juega a ocultar, a disimular lo que realmente quiere. Las afirmaciones absolutas son prohibidas es por ello que para Casanova no existe el y el no como sentencias, son una negación de sí. Él, que es un diplomático, seduce en su profesión y es seducido en la alcoba. Un político perfecto.

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