El
sentido pendular de libertin
La
palabra libertin está signada por la
ambivalencia. Por un lado, alude a la libertad y autonomía, condición
indispensable para salir de la minoría de edad y lograr el blasón de ilustrado
( Kant dixit). Por otro lado y en el
contexto moral y literario dieciochesco, la palabra apunta a una figura licenciosa.
Paul
Valery en Visiones sobre el mundo actual
(1960) ensaya:
En Roma hay dos acepciones de los hombres libres: si
hubieran nacido de padres libres, se les llamaba "ingenuo"; si fueron
puestos en libertad, se les decía, "libertinos". Mucho más tarde se
llamó "libertinos" a los que afirmaban que habían liberado su forma
de pensar y, pronto, este hermoso título estaba reservado para aquellos que no conocieron
las cadenas del ordenamiento moral.
Como dice
Marc Andrés Bernier (2001)- a quien debemos estas notas- la palabra libertin, desde el Siglo XVI, se mueve
semánticamente entre la libertad del espíritu o pensamiento y la liberación de
las costumbres. De hecho podemos ver la sinonimia entre el término libertino y
otros como “affranchi”(liberado) de
los Antiguos, “sectaire” (secatario)
en el Siglo XVI, “esprit fort”(librepensador)
del Siglo XVII y “débauché”(libertino).
Al
respecto, John Stevenson Spink, en su libro French
Free-Thought from Gassendi to Voltaire (1960) dice:
A mediado del Siglo XVI, se designa bajo el nombre de
“libertin” una secta protestante […],
pero no es posible vincular el uso antiguo del término con la acepción
generalizada en el Siglo XVII […] Des de sus orígenes, por tanto, los
adversarios de libre pensamiento asumieron que libre pensamiento procede
necesariamente de una vida libre de limitaciones.
Gerhard
Schneider (1970) habla de la aparente contradicción en el siglo XVI de la
palabra libertino, entendida como librepensamiento y, además, como conducta
liberada, pero sin dejar de acentuar el carácter peyorativo. De hecho si se
revisa filológicamente su origen, vemos que Ronsard- integrante de La Pléyades
neoclásica- se refiere a Horacio como hijo de un libertinus, bajo y lento. También, los traductores de la Biblia al
francés del año de 1530 hablan de “Sinagoga de libertinos”, entre los que
disputaban con San Esteban en el Capítulo 6, versículo 9. Igualmente, un
Calvino en su Breve introducción para
armar a todos los fieles buenos contra los errores de la secta anabaptista (1544)
señala en el subtítulo que la obra se dirige contra la secta de los libertinos
quienes son acusados de estudiar más de lo que debe saber, y en consecuencia,
de trastocar la libertad cristiana en licencia de la carne. Un ejemplo de ello lo tenemos en maridos que
profanan los preceptos matrimoniales, tratando las mujeres como bestias,
llevados por la curiosidad intelectual. En el siglo XVI un libertin era un hombre de baja extracción o un incrédulo dentro de
las guerras religiosas que marcaron tal época. Para Calvino, la libertad de
espíritu significa anarquía o una forma negativa de libertad.
Esta
sectas que racionalizan la religión fueron libertinos que en la medida en
convirtieron en acto de fe la actividad humanística. François de La Noue en su
libro Discurso político y militar de
1587 suaviza la definición de “libertin”
como aquella gente de vana filosofía que enlaza la felicidad a las cosas
sensibles y corporales. De esta manera se va a manejar la acepción en el siglo
XVII. Atomista como Gassendi y su Cofradía de la Botella y los textos
blasfemos del Barón Du Blot hacen una crítica positiva de la religión y abogan por
una poesía libre.
Garasse
en 1623 señala con exactitud lo que sus contemporáneos conciben como libertin:
Los libertinos son moscas de tabernas, espíritus
insensibles a la piedad, que no tienen otro Dios que la barriga, que se enrolan
en la Cofradía de la Botella…también son conocidos como aprendices del ateísmo.
Garrase
también señala que son amantes de la bella letras y bufones, hijos de Rabeleis.
Esto quiere decir que el siglo XVII mantiene la visión pendular de libertad
como inmoralidad.
Los
diccionarios de la época relacionan libertinaje con epicureísmo, sensualidad,
licenciosidad, lo disoluto, desarreglo de la vida, el desorden, una de la
especies de ateísmo. Garasse puntualiza que los libertinos cerraron los ojos de los epicúreos para saciar brutal voluptuosidad,
como cerdos en el barro, con el pretexto de que nuestra alma es mortal.
En el
famosos diccionario de la Academia francesa de 1694 se define el libertinage como el estado de una persona
que testimonia poco respeto por la cosas de la Religión. Se entiende como Debache y mala conducta.
Al entrar
al siglo de la luces, hay una desactivación del elemento subversivo del término.
Eros y la filosofía se declaran incompatibles. Por un lado está el ilustrado que
bajo la libertad utiliza correctamente la razón y, por otro, está aquel que
utiliza mal la razón para justificar la inmoralidad del espíritu y de la carne.
Aquél que busca la verdad dentro del marco de las buenas costumbres y bajo la
legitimación de la razón de todopoderosa de dios es aquel que puede andar libre
iluminando el porvenir. El otro o el mismo , pero con el resguardo de la clandestinidad,
es aquél que escribe, manifiesta o expresa mediante libelos no sólo su ateísmo,
sino sus ideas subversivas sobre la política, la estética y la moral. El
libertino es aquel que usa la razón de manera exótica para acentuar el gusto
individual y, generalmente, aquel que convierte hedonismo en principio de vida.